Historia de la URSS

La mayoría de los profesores de ruso afirman que son excelentes profesionales con muchos años de experiencia “en sus bolsos”, pero en realidad son sólo nativos que no tienen experiencia en la enseñanza real. Sin embargo, con Yulia, es un caso totalmente distinto. Ella es una profesora de ruso nativa y realmente sabe cómo enseñar su lengua materna correctamente. Además, ha completado su método de enseñanza con muchos ejercicios excelentes en su blog de ruso, que, en mi opinión, ayudan mucho para asimilar los conocimientos adquiridos durante las clases. ¡Se la recomiendo! Ojalá la hubiera conocido antes.

Yo estudié ruso con la profesora Svetlana durante 3 años. Comenzamos cuando yo estaba trabajando en Moscú y después continuamos las clases a través de Skype.
La ayuda que he recibido por parte de Svetlana ha sido muy útil y eficaz. De estudiante principiante he pasado a ser capaz de comunicarme en la lengua rusa.
Esto es un gran logro para mí.

Ella siempre ha demostrado tener mucha motivación, perseverancia, paciencia y un alto nivel de competencia técnica en la enseñanza de la lengua.
Pero, sobre todo, me ha impresionado mucho su habilidad para entender diferentes idiomas extranjeros, sus continuas ganas de aprender y de mejorar su conocimiento y su capacidad de trabajo. Ni que decir tiene que su apego por la literatura rusa era muy grande.

Por último, fue muy agradable poder conversar con ella en francés, mi lengua materna, ya que ella también domina dicho idioma.
Ha sido un placer y una gran satisfacción estudiar ruso con ella.

Conocí a mi profesora Alexandra hace tres años. Por aquel entonces yo era estudiante de posgrado en la Universidad Católica de Milán y realizaba en Moscú un trabajo de investigación para mi tesis doctoral. Me puse en contacto con la escuela de ruso porque quería mejorar la expresión oral y me apunté al curso individual de Alexandra. Ella es una profesora competente, afectuosa y que desempeña muy bien su trabajo. Lo que más me atrajo fue su interés por la lingüística, por lo que discutíamos algunos temas que yo trataba en el doctorado. ¡Aún conservo un libro de M. Krongauz que ella me regaló!